29 de mayo de 2007

Fantasmas y Aparecidos

El siguiente artículo fue publicado el 19 de Agosto de 2006 en la Revista Investigación dentro de la Serie "La Torre del Misterio" de Fermín Castro*, el lugar donde la Historia y el Misterio se dan la mano...

Hoy traemos un tema muy apropiado para esta Torre de sueños y recuerdos: los fantasmas. La ciencia tiene un punto de vista lapidario sobre este asunto.

¡Los fantasmas no existen! Afirman golpeando la mesa. Bueno, la ciencia no es la Verdad, la ciencia es uno de los caminos del hombre hacia el conocimiento. A veces no siempre es un camino correcto y hay que desandar lo andado para regresar a la senda real. ¿Cuántas veces la ciencia a negado realidades por el mero echo que atacaban y destruían teorías centenarias?
Recordemos a Miguel Servet, Giordano Bruno, Galileo Galilei, Marie Curie, etc. Herejes de la ciencia que abrieron nuevas sendas a la realidad.

En 1882 la Sociedad para la Investigación Psíquica en Londres (Society for Psychical Research) realizó un censo de alucinaciones, una encuesta realizada con método científico donde se preguntaba al encuestado si había tenido encuentros con fantasmas. La encuesta, realizada por doctores y científicos, encontró que el 10% de los encuestados había tenido alguna experiencia de esta naturaleza. Si hoy realizáramos una encuesta parecida nos sorprendería el número de personas que reconocerían haber experimentado una visión fantasmal. Esta realidad estadística necesitaba una explicación.

Seamos sinceros, con todo el peso de la ciencia en una mano seguimos negando que el ser humano sea un simple accidente bioquímico. Conozco a numerosos científicos, hombres de lógica y razón que no tienen escrúpulos en reconocer la existencia del alma en el ser humano. Este es uno de los grandes pilares con lo que se ha construido la Historia de la Filosofía, es decir la dicotomía espíritu y materia de cuya síntesis intuimos la Verdad Real. No es este el momento para adentrarnos en este delicioso vericueto, pero nos sirve como trampolín para abordar sin prejuicios el tema de hoy.

A finales del siglo XIX algunos científicos reconocieron la realidad del fenómeno de la fantasmogenesis e intentaron encontrar una explicación “natural”. Apuntaron que las apariciones podían ser el resultado de un acto telepático. La mente estaría tras estas apariciones. El primero que apuntó esta solución fue Edmund Gurney, uno de los miembros que participaron en el famoso censo de alucinaciones. Esta explicación “científica” adolece de tomar un agente (la telepatía) que aun no es reconocida científicamente como real. Este era un callejón sin salida.

El gran investigador Frederick Meyers afirmaba que los fantasmas se hallaban más allá del espacio, en un lugar donde nuestras leyes físicas no son aplicables. La materia se encuentra separada del espacio y del tiempo. Para Meyers los fantasmas no son realidades materiales sino psíquicas.

Obsérvese que los científicos habían empezado a polemizar no sobre la existencia o no de los fantasmas, sino sobre su naturaleza. Hombres y mujeres con la cabeza muy bien amueblada dedicaron parte de sus vidas a estudiar este fenómeno. La literatura sobre fantasmas es abrumadoramente extensa y numerosa.

Los fantasmas no son necesariamente la aparición desencarnada de los muertos. Esto a muchos os resultará sorprendente. Lo cierto es que son frecuentes las apariciones fantasmales de vivos. Reciben el nombre de bilocación o desdoblamiento y hay en la historia recogidos muchos casos.

Uno de los más conocidos es el del poeta alemán Goethe, que dejó por escrito haberse visto a si mismo paseando en un caballo. La Iglesia recoge en sus anales vaticanos muchos sucesos de esta naturaleza. Así San Antonio de Pádua ofició en dos iglesias distintas a la misma hora en 1226. Alfonso María de Ligorio estuvo presente en la muerte y velatorio del Papa Clemente XIV, al mismo tiempo ¡se encontraba recluido en una cárcel en Arrezó!

La lista de bilocaciones es muy extensa, interesante es el caso del pensionado de señoritas de Neuwelke en Livonie acontecido en 1845, o el extraño caso de Meter Pardal registrado y corroborado por el arzobispo de Upsala en 1850.

La historia de la fantasmogenesis es un jardín sombrío, pero donde abundan extrañas y exóticas flores. Hay algunas que resultan especialmente evocadoras. Así el fantasma de Ana Bolena recorre las estancias de la Torre de Londres atrapada en aquellos sucesos trágicos y violentos. Las personas que poseen la capacidad de la psicometría saben de que hablo.

No podemos terminar nuestra cita con el misterio y la historia sin hacer una mención a uno de los temas más sugerentes de la naturaleza que nos ocupa. Me refiero a las Casas Encantadas. Morada de fantasmas, donde los fenómenos paranormales son muy normales y donde podemos presenciar las apariciones como algo cotidiano, y espeluznante. De entre las miles de casas encantadas registradas, quizás sean la Rectoría de Borley la más famosa e investigada de todas.

Espero que estas líneas os hayan despertado la curiosidad de saber más sobre este tema. Los libros atesoran muchos secretos esperando ser descubiertos. ¿Qué es esa sombra que se mueve por el pasillo?

*Fermín Castro González, nació en Palma del Río (Córdoba - España). Licenciado en Geografía e Historia -Especialidad Historia Contemporánea- ha participado en numerosos cursos de su especialidad y también en talleres literarios. A partir de diciembre de 2005 colabora periódicamente con sus artículos en la Revista Almiar - Margen Cero.

28 de mayo de 2007

Descubiertas cuevas en Marte


La NASA descubre siete cuevas en Marte que podrían albergar primitivas formas de vida; tendrían una profundidad de más de 100 metros

Científicos que estudian imágenes enviadas por la nave Mars Odyssey de la Agencia Espacial de EEUU (NASA) creen haber descubierto siete cuevas en la superficie de Marte, en las laderas del volcán Arsia Mons y son de una profundidad tal que no se puede ver el fondo por sus aperturas.

Las cavernas podrían ser las únicas estructuras naturales capaces de proteger a formas de vida del efecto de radiación ultravioleta, micrometeoritos, destello del Sol y partículas de alta energía que bombardean la superficie del planeta.

Los científicos describen a las posibles cuevas como “siete hermanas” y a todas les han dado nombres: Dena, Chloe, Wendy, Annie, Abbey, Nikki y Jeanne. Las entradas de éstas tienen entre 100 y 250 metros de ancho, y ya que en la mayoría de los casos no se puede ver el fondo, sólo se conocen las profundidades mínimas que los científicos calculan entre 73 y 96 metros debajo de la superficie. Sin embargo, en una imagen de Dena se puede ver el piso y los investigadores calculan que esta cueva puede tener unos 130 metros de profundidad.

Durante el día, una de las cuevas, bautizada como “Annie”, es más caliente que los fosos circundantes y más fría que las áreas soleadas. “Nada con estas características se ha visto en otras partes de Marte”, aseguró Glen Cusging, uno de los investigadores de la agencia US Geological Survey en Flagstaff, Arizona.

Odyssey fue lanzada en abril de 2001 para tratar de encontrar agua en Marte o vestigios de su existencia en el pasado. Su instrumento Themis (Sistema de Imágenes de Emisión Térmica, por sus siglas en inglés) usa la parte visible y la infrarroja del espectro electromagnético para medir las propiedades de la temperatura de la superficie marciana.

Últimas noticias (29/Ago/07)
La cámara fotográfica de alta resolución HiRISE a bordo del orbitador de la NASA Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), ha confirmado la existencia de un hoyo oscuro visto en Marte, en una imagen obtenida anteriormente por HiRISE.

El hoyo es un eje vertical que corta a través de un flujo de la lava, en un flanco de un volcán marciano llamado Arsia Mons. Tales hoyos se forman en volcanes similares en la Tierra como ocurre en Hawaii y se denominan "pit craters" o "cráteres con hoyo."

Fuentes:
BBC Mundo.com
NASA

The Planetary Society Weblog

Fotografías:
NASA
http://antwrp.gsfc.nasa.gov/apod/ap070528.html http://www.nasa.gov/images/content/188159main_PSP_004847_1745.crop-516.jpg

25 de mayo de 2007

Un dragón en el garaje

En el siguiente artículo, extraído del libro "El mundo y sus demonios"*, Carl Sagan intenta explicar el razonamiento escéptico y la validez de cualquier creencia no-científica, por medio de la historia de un supuesto dragón que vive en su garaje...

"En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca"

Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

- Enséñemelo – me dice usted.
Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
- ¿Dónde está el dragón? – me pregunta.
- Oh, está aquí – contesto yo moviendo la mano vagamente -. Me olvidé decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
- Buena idea – replico –, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.
- Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.
Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.
- Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarrestro cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.

Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe?

Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale, en absoluto, a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

Lo único que ha aprendido usted, de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje, es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no se puede aplicar ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.

Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra, pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo a ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo... simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de "no demostrado".

Imaginemos que las cosas hubiesen sido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura de spray revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que se pueda ser en cuanto a la existencia de dragones – por no hablar de seres invisibles – ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.

Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunos que está seguro que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes... pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos con lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizás todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos...

Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas, de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas "pruebas", por muy importante que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes.

Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos físicos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas, aparentemente sanas y sobrias, compartan la misma extraña ilusión.

*Texto extractado del libro "El mundo y sus demonios" de Carl Sagan, Capítulo 10: "Un dragón en el garaje". Editorial Planeta, 1995.

Gatos con alas

A un gato doméstico le brotaron dos melenudas alas con huesos, en la ciudad de Xianyang (provincia China de Shaanxi), según asegura su dueña: “Al principio, eran apenas dos muñones en la espalda que comenzaron a crecerle rápidamente, y después de un mes eran ya un par de alas” haciendo que su mascota parezca ahora un “ángel gato”.

Su explicación es que al gato le comenzaron a brotar las alas hace un mes, después de haber sido acosado sexualmente por varias gatas. Sin embargo, los expertos dicen que lo más probable es que el fenómeno se deba a una mutación genética que no debe impedirle al gato tener una vida normal.

*La traducción anterior es mía y la noticia original de Huashang News la encontré en www.ananova.com

Otros casos de gatos alados
La primera evidencia fotográfica de "gatos alados" parece haber ocurrido en 1890 en Manchester (Inglaterra) y desde entonces ha habido muchos otros testimonios, certificados por expertos fotógrafos y veterinarios, varios de los cuales se pueden ver aquí.

Aunque se dice que estás alas no les permitirían volar, hay una leyenda que cuenta que los gatos alados fueron perseguidos por los humanos, pensando que eran criaturas diabólicas, y que han volado y vivido durante cientos de años en un convento cercano a Florencia en Italia, cuidados por los monjes y mantenidos así ocultos a los ojos del mundo.

La existencia de los gatos alados parece deberse a una malformación genética llamada "astenia cutánea felina" que hace que la piel extensible de la espalda crezca de forma descontrolada alrededor de los hombros del gato y con el tiempo, puede llegar a cicatrizar y crear extensiones rígidas a modo de un par de alas abiertas.

(C)JARD 2997

22 de mayo de 2007

Oda al humanismo

El siguiente artículo de Emir Sader fue publicado originalmente en portugués y traducido al español por Àlex Tarradellas*.

Emir Sader es un pensador de orientación marxista de origen libanes, graduado en filosofía en la Universidad de Sao Paulo, es profesor de la Universidad del estado de Río de Janeiro (UERJ), coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la UERJ, colabora con publicaciones nacionales y extranjeras y es autor, entre otros, de “La venganza de la Historia”.

Ahora que el Papa (Juan Pablo II) se ha ido, es un buen momento para preguntarnos de nuevo, qué significa ser religioso. Cuando alguien nos pregunta, desde el punto de vista de alguna religión, ¿Crees en Dios? y respondemos que no, automáticamente buscan caracterizarnos como “ateos”, con una connotación negativa, como la del que “no cree”, la del “no creyente”; una ausencia, casi un defecto, una carencia.

Oponiendo el religioso al “descreído”. Casi nos miran con pena, con lástima, con piedad, como si miraran a alguien condenado al pecado, al limbo, como a alguien que Dios no conociera –los dioses-, que dudase de su incuestionable existencia, alguien incapaz de conocer y disfrutar de la fe, incapaz de tener fe –por lo que se puede deducir: un infiel.

¿Pero es de eso que se trata? ¿El opuesto del creyente es el sin fe? Creer es solamente creer en algún Dios? Ser fiel es ser fiel a un dios? O, al contrario, ¿ser religioso, creer en dios –en cualquiera de ellos- y no creer en el hombre (y en la mujer) es descreer del hombre, es tener a dios y no al hombre como centro del mundo?

En otras palabras, religioso se opone a humanista y no a infiel, porque significa transferir el centro del mundo hacia otro plano o ser, que nos criaría y definiría nuestro destino y el sentido mismo de las cosas. De ahí también la interpretación de cualquier forma de escritura, de texto bíblico, ser revelado al hombre por un ente superior y no ser construido por el hombre.

Lo que se deja de lado, al identificar creencia con fidelidad, es el carácter alienado de las visiones religiosas del mundo y del propio acto de creer en algunos dioses. Es negar el principio fundamental del humanismo, que da sentido a la historia de los hombres y las mujeres: de los que los hombres hacen su propia historia, incluso cuando no tienen conciencia de ello.

Necesitados de trascendencia, el hombre crea y recrea la religión y sus dioses, seres perfectos, inmortales, referencias de valores, extrayendo eso de sí mismo, para después invertir la relación y pasar de creador a criatura, volviéndose dependiente del alienado. Ése es el mecanismo por el cual el humanismo explica la religión.

El hombre libre, emancipado, no necesita ni dioses ni religión ni fetiches. Él sabe que la historia está hecha por los hombres concientes, desalienados, por medio de su trabajo. Sabe que la religión es una falsa conciencia, que aliena al hombre, al contrario de darle conciencia.

Un religioso –por ejemplo, católico- imputa a dios lo que es producto de la acción de los hombres. Si fuera coherente, un católico debería estar contra el divorcio, el aborto, los anticonceptivos (incluidos los preservativos), estar a favor del celibato, del derecho de que sólo los hombres sean sacerdotes, de la infalibilidad papal, de la prohibición de los experimentos científicos con células madre, etc. Debería, además de eso, obedecer rígidamente la disciplina de una institución retrógrada, medieval, obscurantista, como la Iglesia Católica.

Felizmente no lo hacen, pero esto demuestra que las tesis de los humanistas se chocan con la religión católica. ¿Quién es la iglesia católica, institución totalmente jerárquica y antidemocrática, para decir que el gobierno es democrático, dictatorial o autoritario? ¿Qué tienen a decir esa iglesia y sus fieles de su propia institución?

Es muy positivo que tantos religiosos extraigan valores humanistas de la religión para criticar el capitalismo, la explotación, la opresión. Sin embargo, eso no permite elevar la religión a canon de interpretación de la realidad de los hombres, de su historia, de sus identidades. Ésta sólo es posible con la crítica radical de toda forma de alienación, de la cual las distintas formas de religión son las principales expresiones. El respeto por la religión de los otros no debe impedir la crítica de las visiones religiosas del mundo, del desplazamiento que ellas producen del hombre como centro del mundo hacia dioses y otras formas de fetiches.

El humanista se rige por valores éticos, por una interpretación histórica de la vida de los hombres y de las mujeres, hace la crítica de toda forma de alienación, lucha por la emancipación integral de los hombres y de las mujeres, lucha por un presente y un futuro en que no se necesiten entidades supraterrenal para explicar el mundo, pero en que el mundo sea construido transparentemente por los hombres. Que sea, por lo tanto, inteligible para todos, lleno de sentido humano.

*Àlex Tarradellas es miembro de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

19 de mayo de 2007

El infierno ya está congelado

La siguiente pregunta fue hecha en un examen trimestral de química en la Universidad de Toledo....

¿Es el Infierno exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)?

La mayoría de estudiantes escribieron sus comentarios sobre la Ley de Boyle (el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime). Sin embargo, un estudiante escribió la siguiente respuesta, tan “profunda” que el profesor quiso compartirla, vía Internet, con sus colegas. Razón por la cual podemos todos disfrutar de ella...

“En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa del Infierno varía con el tiempo, y para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el Infierno y a qué ritmo salen...

Tengo entendido que, una vez dentro del Infierno, las almas ya no salen de él, por lo tanto, no se producen salidas. En cuanto a las almas que entran, veamos lo qué dicen las diferentes religiones...

La mayoría de ellas declaran que si no perteneces a ellas, irás al Infierno, y dado que hay más de una religión que así se expresa y que la gente no pertenece a más de una religión, podemos concluir que todas las almas van al Infierno, y con las tasas de nacimientos y muertes
existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de forma exponencial.

Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno... Según la Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan estables, el volumen debe expandirse en proporción a la entrada de almas.

Por lo tanto, hay dos posibilidades:

1. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste se desintegre.
2. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se congele.


¿Qué posibilidad es la verdadera?
Si aceptamos lo que me dijo Teresa en mi primer año de carrera: ”hará frío en el Infierno antes de que me acueste contigo”, y teniendo en cuenta que anoche me acosté con ella, la posibilidad numero 2 es la verdadera. Por tanto, doy como cierto que ¡el Infierno es exotérmico y que ya está congelado!

El corolario de esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más almas y, por tanto, está clausurado… dejando al Cielo como única prueba de la existencia de un ser divino, lo que explica porqué, anoche, Teresa no paraba de gritar: ¡Oh, Dios mio!"

18 de mayo de 2007

Carta abierta a CyberAteos

CyberAteos es un Grupo de ateos en Internet en el cual me inscribí hace varios meses donde, supuestamente, "podrás intercambiar opiniones con los demás miembros del grupo que comparten tu forma de pensar, ya sea desde el ateísmo o desde el agnosticismo, con total libertad y sin ningún condicionamiento o censura"...

Sin embargo,
cuando traté de compartirles y debatir "Mi Credo" a través del "foro", me censuraron por "creyente", borraron mis mensajes y me expulsaron del grupo.

La siguiente carta la escribí el 4/May/07 pero, al igual que "Mi Credo", también fue censurada por los moderadores del grupo...

Señores
Grupo CyberAteos
Atn. Carlos Grima
Moderador

Permítanme comunicarles que no estoy de acuerdo con su censura de impedir que siga expresando mis teorías en sus foros, bajo el pretexto de que "en CyberAteos no se permiten creyentes ni en dioses ni en pseudociencias".

No me considero creyente en dioses ni en ninguna pseudociencia, y tampoco pertenezco a ninguna religión, secta ni grupo espiritual. Nuestra única diferencia es que, a pesar de mi escepticismo inicial, he tenido que aceptar la existencia de entidades incorpóreas inteligentes (llámense "espíritus" si se quiere) que, he visto manifestarse decenas de veces a través de diferentes personas, en distintas partes del mundo y pertenecientes a distintas religiones y estratos sociales, muchas de las cuales me consta que no tienen el más mínimo ánimo de lucro ni de provecho personal.


Con el proyecto de "Mi Credo", a través de
mi Blog personal y de las pocas intervenciones que alcancé a hacer en su grupo, lo que pretendo es encontrar y someter a debate una teoría que compagine los conocimientos actuales de la humanidad con la existencia de dichos "espíritus", sobre los cuales ya he descubierto que no son infalibles. En principio, considero que debemos darles la misma credibilidad a sus mensajes que a los emitidos por cualquier ser humano y analizarlas con el mismo escepticismo que lo haríamos ante cualquier desconocido.

Estoy convencido que la mayoría de las religiones actuales tienen sus principios en comunicaciones recibidas de dichos "espíritus", los cuales, por lo "sobrenatural" que resulta el proceso de "canalización" para la mayoría de las personas, fueron considerados como "Dioses" y sus mensajes como "revelaciones divinas", siendo entonces aceptadas como "dogmas de fe" y transcritas a los "libros sagrados".


Estas creencias, infundadas y manipuladas en muchos casos, combinadas con el poder y la política de los grandes imperios se constituyeron en las instituciones más perversas del mundo, con derecho de dominar, juzgar, castigar, torturar y matar a sus opositores en nombre de "Dios".


Nunca pensé que fuera a resultarme más difícil exponer y tratar de sustentar las hipótesis expuestas en "Mi Credo" ante los "ateos" del siglo XXI que a Copérnico y Galileo exponer la revolucionaria teoría heliocéntrica ante los gobernantes e inquisidores católicos de los siglos XVI y XVII respectivamente, pero así somos los seres humanos...


Hace unos años, tal vez yo hubiera actuado igual que ustedes ante un "creyente" como yo... Sin embargo, como lo dijo el popular astrónomo y divulgador científico
Carl Sagan en su artículo La carga del escepticismo: "Me parece que lo que se necesita es un equilibrio exquisito entre dos necesidades conflictivas: el mayor escrutinio escéptico de todas las hipótesis que se nos presentan, y al mismo tiempo una actitud muy abierta a las nuevas ideas".

Yo pienso que creer que los "espíritus" existen y que se manifiestan de diversas maneras (aunque no lo hacen tan abierta ni frecuentemente como quisiéramos) no tiene nada de malo ni le hace daño a nadie. Lo malo es que las religiones se han aprovechado de estos fenómenos para dominar, juzgar, castigar y matar a los disidentes durante siglos.


Saludos,


Jorge A Restrepo


(C)JAR 2007

17 de mayo de 2007

Descubre el principio 90/10

Stephen Covey, el mismo autor de "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", nos enseña que nada ni nadie puede hacer que uno se sienta mal, si uno no lo desea...

Este principio puede cambiar tu vida (al menos la forma como reaccionas a las situaciones)...

¿Cuál es este principio? El 10% de la vida está relacionado con lo que te pasa, el 90% de la vida está relacionado por lo forma en como reaccionas.

¿Qué quiere decir esto? Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede...

No podemos evitar que el carro se descomponga, que el avión llegue tarde, lo cual tirará por la borda todo nuestro plan. Un automovilista puede obstaculizarnos en el tráfico. No tenemos control de este 10%. El otro 90% es diferente. Tú determinas el otro 90%.

¿Cómo?… Con tu reacción.

Tú no puedes controlar el semáforo en rojo, pero puedes controlar tu reacción. No dejes que la gente se aproveche de ti. Tú puedes controlar como reaccionas. Usemos un ejemplo...

Estás desayunando con tu familia. Tu hija tira una taza de café y salpica tu camisa de trabajo. Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar. Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción...

Tú maldices. Regañas severamente a tu hija por que te tiró la taza encima. Ella rompe a llorar. Después de regañarla, te volteas a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca de la orilla de la mesa. Y sigue una batalla verbal. Tú vociferando subes arriba a cambiarte la camisa.

Cuando bajas de regreso, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando terminándose el desayuno y estar lista para la escuela. Ella pierde el autobús. Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo. Tú te apresuras al carro y llevas a tu hija a la escuela. Debido a que tú ya estas atrasado, manejas 40 millas por hora en una velocidad máxima de 30 millas por hora. Después de 15 minutos de retraso y obtener una multa de tráfico por $60.00, llegas a la escuela. Tu hija corre a la escuela sin decirte adiós.

Después de llegar a la oficina, 20 minutos tarde, te das cuenta que se te olvidó el maletín. Tu día empezó terrible. Y parece que se pondrá cada vez peor. Ansias llegar a tu casa. Cuando llega a tu casa, encuentras un pequeño distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.

¿Por qué? Debido a cómo reaccionaste en la mañana.

¿Por qué tuviste un mal día?
a) ¿el café lo causó?
b) ¿tu hija lo causó?
c) ¿el policía lo causó?
d) ¿tú lo causaste?
La respuesta es la "d": ¡Tú lo causaste!

Tú no tenías control sobre lo que pasó con el café. La forma en como reaccionaste esos 5 segundos fue lo que causó tu mal día. Te presento lo que debió haber sucedido...

El café te salpicó la camisa. Tú hija está a punto de llorar. Tú gentilmente le dices, "está bien cariño, solo necesitas tener más cuidado la próxima vez". Después de agarrar una camisa nueva y tu maletín, regresas abajo y miras a través de la ventana y vez a tu hija tomando el autobús. Ella voltea y te dice adiós con la mano. ¿Notas la diferencia?

Dos escenarios diferentes. Ambos empezaron igual. Ambos terminaron diferente. ¿Por qué?
Tú realmente no tienes control sobre el 10% de lo que sucede. El otro 90% se determinó por tu reacción.

Aquí están algunas formas de aplicar el principio 90/10...

Si alguien te dice algo negativo acerca de ti. No lo tomes muy a pecho. Deja que el ataque caiga como el agua sobre el aceite. No dejes que los comentarios negativos te afecten.
Reacciona apropiadamente y no arruinará tu día.

Una reacción equivocada podría resultar en la pérdida de un amigo, ser despedido, te puedes estresar, etc.

¿Cómo reaccionar si alguien te interrumpe en el tráfico? ¿Pierdes tu carácter? ¿Golpeas sobre el volante? ¿Maldices? ¿Se te sube la presión? ¿A quien le preocupa que llegues 10 segundos tarde al trabajo? ¿Por qué dejar que los carros te arruinen el viaje?

Recuerda el principio 90/10 y no te preocupes de eso.

Tú has dicho que perdiste el empleo. ¿Por qué perder el sueño y ponerte enojado? No funcionará. Usa la energía de preocupación y el tiempo para encontrar otro trabajo.

El avión está atrasado. Va a arruinar la programación de tu día. ¿Por qué manifestar frustración con el encargado de la aerolínea? Él no tiene control de lo que está pasando. Usa tu tiempo para estudiar, conocer a otros pasajeros, ¿por qué estresarte? Eso hará que las cosas se pongan peor.

Ahora ya conoces el principio 90/10. Aplícalo y quedarás maravillado con los resultados. No perderás nada si lo intentas. El principio 90/10 es increíble. Muy pocos lo conocen y aplican este principio. ¿El resultado? Millones de gente están sufriendo de un estrés que no vale la pena, sufrimientos, problemas y dolores de cabeza.

Todos debemos entender y aplicar el principio 90/10. ¡Puede cambiar tu vida! Disfruta…

Nada ni nadie puede hacer que te sientas mal, si tú no lo deseas. ¡Somos responsables de todo lo que nos ocurre!

16 de mayo de 2007

Carta de Tola y Maruja a sus hijos

Publicada en el periódico El Colombiano, el Sábado 10 de Mayo de 2007 con motivo del Día de la Madre...

Queridos Muchachos:

Esperamos que se encuentren bien en compañía de los suyos. Después de este corto pero afectuoso saludo pasamos a decirles lo siguiente: Como ninguno de Uds. puede negar que hemos sido unas "mamaes" pobres pero ejemplares y que los hemos querido a todos por igual sin méritocracias ni pendejadas, tenemos derecho a decirles unas cositas pa' ver si pasamos bueno el próximo dia de madres.

Ese domingo no se vayan a venir pa' la casa desde temprano, con esa tracamanada de nietos que no hacen sino jugar pelota encima de las matas, montarse en las camas con los zapatos sucios, soplar la veladora de la virgen, burlase del forro de la licuadora y pedir cosas que no hay...

Este año nada de fiestas largas. Lleguen almorzados a las 3 de la tarde y desocupan a las 5, que es tiempo más que suficiente pa' entregar los regalos.

Hablando de eso, sepan y entiendan que a ninguna mamá le gusta que le den ollas o platos o cosas pa' la casa, y mucho menos que le digan: "Amá, de regalo de madres le voy hacer cojer las goteras del techo".

También es muy chocante que se aparezcan manivacíos diciendo: "Amá, no le traje nada porque acuérdese que usted y yo arreglamos que le pagaba los $3.000 mensuales de la parabólica".

Y ni se les ocurra salir otra vez con la disculpita esa de que no nos compraron nada porque dizque nada nos gusta.

Las "mamaes" nos antojamos de muchas cosas, lo que pasa es que nos parece muy maluco pedirlas de frente y por eso es que cuando queremos unos zapatos nuevos mejor les echamos una indirecta: "Mijo, venga usted mate esta cucaracha, que yo no voy a ensuciar las únicas quimbas que tengo".

O cuando queremos irnos pa' un paseo del grupo de la tercera edad decimos: "El mes dentrante se van todas mis amigas pa' San Andrés.... Va a ir hasta Teresita que no tiene sino un hijo".

Pero francamente el regalo mas galleta pa' una mamá es que le paren bolas todo el año y no únicamente el día de madres; que se acuerden de uno y que la llamen por teléfono así sea pa' preguntarle un remedio pa' la gripa, o pa' contarle que floreció el anturio o que van a quitar el agua o que en Serenata están presentando a los Ayer's. Así que cualquier cosa es cariño.

No siendo otro el motivo de la presente, nos despedimos de Uds.

Tola y Maruja

15 de mayo de 2007

Búsqueda científica del alma

Como aporte a la discusión sobre "Mi Credo", deseo incluir algunos fragmentos del libro "La búsqueda científica del alma: una revolucionaria hipótesis para el siglo XXI" de Francis Crick, premio Nobel de Medicina en 1962 por el co-descubrimiento del ADN.

Crick plantea que existe en el cerebro humano un grupo de neuronas que son el origen del alma y la conciencia, y de ese modo la mente y aun sus productos más sublimes pueden ser explicados por reacciones bioquímicas del cerebro...

"La hipótesis revolucionaria es que 'usted', sus alegrías y sus penas, sus recuerdos y sus ambiciones, su propio sentido de la identidad personal y su libre voluntad, no son más que el comportamiento de un vasto conjunto de células nerviosas y de moléculas asociadas.

(...)

La hipótesis revolucionaria es una hipótesis. Hay otras hipótesis sobre la naturaleza humana, y sobre todo, las que se basan en creencias religiosas, se basan en pruebas que son todavía más frágiles, pero ello no es un argumento en su contra. Sólo la certeza científica (con todas sus limitaciones) puede, a largo plazo, liberarnos de las supersticiones de nuestros antecesores...

(...)

Los filósofos han obtenido unos resultados tan pobres durante los últimos dos mil años que más les valdría mostrar algo de modestia en lugar de esa arrogante superioridad que normalmente exhiben.


(...)

Las religiones más populares (...) se basan en pruebas tan endebles que sólo pueden aceptarse mediante un acto de fe ciega.

(...)

Si las religiones reveladas han revelado algo es, precisamente, que suelen estar equivocadas."


Otros artículos sobre Francis Crick:
http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Crick
http://www.agarrate.net/articulos/291
http://www.elpelao.com/letras/396.html
http://axxon.com.ar/not/124/c-124InfoAlmaNeural.htm
http://axxon.com.ar/not/127/c-127InfoCientAlma.htm
http://www.unav.es/cryf/elcerebrodecrick.html

(C)JARD 2007

11 de mayo de 2007

El Grupo Elron

Desde 1997 existe en Argentina un grupo espiritista de trayectoria similar a los "Hermanos del Universo" denominado "Grupo Elron", el cual tiene muchísima información publicada en Internet, incluso una serie de videos en YouTube.

El nombre del grupo proviene de su principal contacto espiritual, quien en vida asegura haber sido Lafayette Ronald Hubbard (1911-1986), más conocido como L. Ron Hubbard, un prolífico y controvertido escritor estadounidense y el fundador de la Dianética y la Cienciología.

Con base en la gran cantidad de mensajes recibidos, han escrito un libro llamado "El Cielo Responde", editado en tres tomos con un total de casi 400 páginas, el cual se puede leer o descargar gratuitamente desde Internet.

Horacio Velmont, fundador y editor responsable, describe así los comienzos del Grupo Elron:

"Durante toda mi vida fui un consumidor de lecturas esotéricas, y mi conocimiento fue tan grande (bueno, eso creía yo antes de hacer contacto con los Maestros de Luz) que consideré que ya estaba listo para que mis Guías se hicieran presente (por aquello de que "cuando el discípulo está listo el maestro siempre aparece"). Sin embargo, los Maestros tardaron en aparecer, porque primero pasé por varios médium que tergiversaban los conceptos de los espíritus de Luz. Fue una época muy difícil para mí porque cuando uno recibe verdades mezcladas con falsedades la mente entra en confusión y termina descalabrándose.

El interés en los contactos telepáticos apareció cuando tomé un empleado que era médium (yo al principio no lo sabía). La cuestión es que a través de él me di cuenta que podía dialogar con las personas como si fuera una especie de teléfono.
En las prácticas que hice había algo extraño: si yo conversaba por ejemplo con Pepe a través del médium, después, cuando me encontraba personalmente con Pepe, él no sabía nada de nuestra conversación.

Tardé mucho en darme cuenta de que no me estaba comunicando con alguien en el plano físico (encarnado) sino con las entidades del mundo espiritual
Después también supe que en el plano físico la comunicación telepática entre los encarnados era una imposibilidad, ya que lo que ocurría no pasaba de coincidencias en algunos casos, y de intuiciones en otras, a veces muy acertadas, pero que no iban más allá de esto.

En una oportunidad se me ocurrió poner un aviso en el diario Clarín (Argentina) para hacer reuniones y compartir conocimientos esotéricos y entre los que se presentaron estaba Jorge Olguín, que incluso él mismo aún no sabía que era médium.
Trabé amistad con él y hacíamos reuniones donde conversábamos sobre diversos temas, hasta que un día me propuso hacer una sesión de contacto telepático porque sentía profundamente que tenía facultades mediúmnicas. En síntesis, la hicimos y el resultado fue extraordinario, porque el primero que se presentó fue mi Yo Superior, quien me dijo que por fin podía comunicarse conmigo sin que el médium tergiversara el mensaje.

Luego comenzaron a comunicarse otros Maestros de Luz, incluso el propio Jesús, y la transmisión era tan perfecta que me di cuenta que había encontrado por fin el médium para desarrollar la misión para la que había encarnado: ayudar al profesor Olguín a difundir el Nuevo Conocimiento para el Tercer Milenio.


En esa primera sesión también se presentó el Yo Superior de Jorge Olguín −Johnakan Ur-el−, quien nos reveló (Jorge no lo sabía) que él era la reencarnación de Juan Zebedeo, el amado discípulo de Jesús (luego supimos que junto con Krishnamurti eran almas gemelas del Maestro). También nos reveló que Jorge, antes de aparecer como Juan Zebedeo había sido Ananda, primo y discípulo de Buda.

Las primeras sesiones que celebramos están en la segunda parte del libro El Cielo responde I. Ésta es la historia en pocas palabras del comienzo del Grupo Elron.


Podría agregar que los grupos que quisimos formar fracasaron porque se perdía mucho tiempo en banalidades. Entonces decidimos con Jorge hacer solamente sesiones privadas, grabarlas, y luego difundir el material una vez revisado. Todo ese material está incorporado a nuestros sitios Web. Con respecto al nombre Elron, está formado por dos palabras: “El” y “Ron”. Ron Hubbard, fundador de Dianética y Cienciología, muchas veces firmaba sus escritos así: “El Ron”. Es similar a decir “El Diego”, “El Héctor”, “El Daniel”, etc."

Por su parte, Jorge Raúl Olguín, psicólogo cognoscitivo con un impresionante currículum, presidente del Instituto Akira y actual director del Grupo Elron, relata lo siguiente:

"Fue en 1997 cuando conocí al profesor Horacio Velmont. En aquel entonces hacíamos reuniones en una confitería céntrica de Buenos Aires y llegamos a juntar más de 25 personas, donde les explicábamos sobre las sesiones de mediumnidad que hacíamos los fines de semana y los mensajes que transmitían los Maestros Ascendidos.

Luego decidí suspender las sesiones (y obviamente también las reuniones) cuando noté que iba más gente al bar que a las sesiones, o sea, les interesaba más charlar y tomar un café que ir a escuchar los Mensajes de los Maestros.

Notábamos una indiferencia cada vez más grande, también celos y competencia por figurar... El ego, ese generador de roles, se apoderaba de la voluntad de los concurrentes. Aclaro que eso lo noté en otras reuniones que concurrí, independientemente de las nuestras, donde en una conferencia dos profesores afamados de Argentina se trenzaron en una discusión estéril, tratando cada uno de imponer su punto de vista... ¡nada más que para satisfacer su ego!

Luego hicimos con Velmont sesiones particulares con personas que querían preguntar sobre temas profundos, pero Velmont notó que las preguntas se dirigían principalmente a temas personales que no servían nada más que a ellos y me sugirió hacer sesiones entre nosotros dos solamente, grabarlas y luego subirlas a la Red. De esa manera, todos saldrían beneficiados de las sesiones."

Mis conclusiones...
A mi juicio, uno de los documentos más interesantes (aunque no recomiendo creer ciegamente en su contenido) es el artículo "Mediumnidad, telepatía y Cienciología" en el cual, Horacio Velmont y Jorge Olguín tratan de explicar, con base en las enseñanzas de sus maestros espirituales, cómo es que se presenta el proceso de "canalización" o "mediumnidad".

Igual que en los "Hermanos del Universo" , del Maestro de Barbotto, de Ramtha y en miles de otros casos alrededor del mundo, pienso que el fenómeno de la canalización de espíritus es un fenómeno real y generalmente se presenta en personas con ciertas aptitudes mentales, las cuales terminan creyendo ciegamente en todos los mensajes que les lleguen, sin importar lo descabellados que pueden parecerle a las demás personas. En la práctica, resulta sumamente difícil saber qué mensajes pueden ser ciertos y cuáles falsos. Sin embargo, pienso que tampoco los debemos descartar sino analizarlos con escepticismo pero con mente abierta. Así como no hay verdad absoluta, tampoco hay mentira absoluta, y "más sabe el diablo por viejo que por diablo"...

(C)JARD 2007

Los tres pilares de la pareja

Las tres claves de una buena relación de pareja
El terapeuta transpersonal uruguayo Alberto Suarez sostiene que para poder vivir una relación plena de pareja, es necesario que estén presentes tres elementos claves: Química, Afinidad y Compromiso.

Química es la atracción sexual que se experimenta naturalmente entre dos personas y les impulsa a contactarse corporalmente. La Química se da independientemente de que la otra persona coincida o no con el ideal que tenemos. Incluso, generalmente nos enamoramos de alguien que es bastante diferente a lo que imaginábamos como nuestro ideal.

Afinidad consiste en poseer valores, hábitos, intereses y gustos similares y/o coincidentes. Si bien, no es necesario que las dos personas sean idénticas (cosa que por otra parte, seguramente resultaría muy aburrido) sí lo es que sean compatibles, de modo que puedan "encajar" una con la otra. Tal como dice un antiguo koan del Budismo Zen japonés "un ave y un pez podrían enamorarse ¿pero adónde vivirían?"

Compromiso es la voluntad de perseverar en la relación, poniendo todo lo necesario para que ella se fortalezca y crezca. La mayoría de las personas tienden a desvincularse ante la aparición de dificultades. "Me decepcionó", "no era como yo creía", "me harté", etc. suelen ser los comentarios para justificar el permitir que actúe la fuerza enemiga Nº 1" de una relación: la fuerza de la separación. La persona comprometida hace todo lo necesario para corregir en sí misma las carencias, adopta una actitud de comprensión y aceptación ante el otro y continúa apostando a favor del vínculo. Por supuesto que esto tiene un límite y el mismo aparece cuando, habiendo hecho todo lo necesario y posible, la relación continúa mostrándose como pobre o insatisfactoria.

La presencia o ausencia de cada uno de estos tres factores determina la calidad de una relación de pareja
:
  • Si existe Química pero no existe Afinidad ni Compromiso, es posible que sea una muy buena relación de amantes pero no una relación de pareja completa. Quienes se unen basándose únicamente en la Química, suelen terminar separados luego de un tiempo.
  • Si existe Química y Afinidad pero no existe Compromiso, la relación puede durar un cierto tiempo pero inevitablemente se derrumbará ante la aparición de dificultades provenientes de las naturales diferencias de personalidades.
  • Si existen Química y Compromiso pero no existe Afinidad, el destino de este vínculo es similar al anterior.
  • Si existe Afinidad pero no existe Química ni Compromiso, las personas podrán ser excelentes amigos y si optan por convertirse en pareja seguramente irán camino al desastre.
  • Si existe Compromiso pero no existe Química ni Afinidad, estamos ante dos "voluntaristas" es decir, ante quienes confían en que serán capaces de convertir a un elefante en una rosa, en cambiar las cosas por medio de su voluntad. Frecuentemente soy consultado por quienes han actuado así y suelen comentarme "no sé porqué mi relación terminó". Mi respuesta suele ser que ello sucedió por una simple razón: porque era una pareja que no estaba cimentada adecuadamente.
  • Si existen Afinidad y Compromiso pero no existe Química, probablemente puedan ser excelentes amigos, pero si se empecinan en ser pareja al poco tiempo comenzarán las crisis.
  • Si existen Química, Afinidad y Compromiso, estamos ante una relación que posee todo el potencial para crecer y perdurar a través del tiempo y las circunstancias.

Los tres pilares del amor
Por su parte, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, en su libro "Juventud en Éxtasis", hace un análisis similar donde asegura que los hombres estamos formados por Emociones, Inteligencia y Cuerpo, los tres pilares del amor, y la carencia o debilidad de cualquiera de ellos hará que una relación amorosa se desmorone tarde o temprano, pues en ella no habrá amor verdadero sino un simple capricho.

El primer pilar es la Intimidad Emocional. Se basa en la comunicación profunda, en la cual es necesario ser siempre sinceros y establecer una comunicación tan avanzada al punto de entenderse con gestos, sin necesidad de palabras. Las riñas se disuelven cuando todavía son incipientes, porque al discutir se procura no causar daño. La comunicación profunda les permite no sentirse solos, les da sentido a su mundo interior, propicia la formación de un universo exclusivo y cuando se alejan, ambos piensan y hablan bien del otro. La intimidad emocional es confianza absoluta, complicidad, integración, alianza.

El segundo pilar es la Afinidad Intelectual. Se basa en tener la capacidad de comunicarse íntimamente, llevando un ritmo de lectura similar, de estudio parecido, de trabajo creativo coincidente y una forma similar de raciocinio acerca de los conceptos fundamentales como el trabajo, los valores, la religión, el sexo, la educación de los hijos, el tiempo libre, la organización familiar, etc. La pareja con afinidad intelectual tiene muchas cosas que compartir; se supera en armonía, crece y se ayuda recíprocamente.

El tercer pilar es la Atracción Química. No solo se trata del gusto físico, sino de una chispa que permite ver en la pareja la belleza que otros no pueden ver. Cuando ésta existe, no importa si los demás creen que tu pareja es o no bonita, porque para ti siempre lo es.

9 de mayo de 2007

Esto también pasará

Hubo una vez un rey que le dijo a los sabios de la corte: He encargado un precioso anillo. Tengo un excelente diamante, y quiero guardar dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que también ayude a mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo de la piedra.

Sus oyentes eran sabios, grandes eruditos, y podrían haber escrito extensos tratados; pero componer un mensaje de pocas palabras era todo un desafío. Buscaron en sus libros, pero no encontraron nada.

El rey tenía un anciano sirviente que también había servido a su padre. El monarca sentía un enorme respeto hacia él, lo consulto y este le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, pero te voy a entregar un pequeño mensaje en este diminuto papel. Lo dobló y se lo paso al rey. No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no le encuentres salida a una situación.

Ese momento no tardó en llegar. El territorio fue invadido y el rey perdió el trono. Huyendo en su caballo para salvar la vida, llegó a un lugar donde el camino se acaba y no había salida: se encontraba frente a un precipicio. Ya podía escuchar el trote de los caballos enemigos.

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió y saco el papel y encontró el pequeño mensaje: “Esto también pasará”. Mientras lo leía, sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o quizás habían equivocado el camino, pero lo cierto es que poco a poco dejo de escuchar el trote de las bestias.

El rey se sintió profundamente agradecido, pues aquellas palabras habían resultados milagrosas. Dobló el papel y lo volvió a guardar en el anillo, reunió sus ejércitos y reconquistó el reino.

El día que entraba victorioso a la capital, hubo una gran celebración. El anciano, que iba a su lado, le dijo: Señor, lee nuevamente el mensaje del anillo. ¿Qué quieres decir? Preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi regreso. No me hallo desesperado, ni estoy en una situación sin salida.

El anciano le dijo: Este mensaje no es solo para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es solo para cuando estás derrotado, también es para cuando has triunfado. No es solo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”. En medio de la muchedumbre que bailaba y celebraba, sintió la misma paz y el mismo silencio del bosque; el orgullo había desaparecido. Entonces terminó de comprender el mensaje.

Recuerda que todo pasa, le dijo el anciano. Ninguna situación ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza, porque son la esencia misma de las cosas...

Cuento extraído de Las Mil y Una Noches

8 de mayo de 2007

Diez consejos para ser felices

Matthieu Ricard* francés de 61 años, acaba de ser considerado como "el hombre más feliz de la tierra" tras años de estudio de su cerebro mediante resonancias magnéticas en el laboratorio de neurociencia afectiva de la Universidad de Wisconsin - Madison en Estados Unidos.

Del artículo publicado en el Magazine del periódico El Mundo de España el 22 de abril de 2007, he extraído los siguientes diez consejos para ser felices:

Alegría: Está dentro de cada uno de nosotros. Sólo hay que mirar en nuestro interior, encontrarla y transmitirla.
Felicidad: Si la buscamos en el sitio equivocado estaremos convencidos de que no existe cuando no la encontremos allí.
Identidad: No es la imagen que tenemos de nosotros mismos, ni la que proyectamos. Es nuestra naturaleza más profunda, esa que nos hace ser buenos y cariñosos con quienes nos rodean.
Familia: Requiere el esfuerzo constante de cada uno de sus miembros, ser generoso y reducir nuestro nivel de exigencia.
Soledad: Existe una manera de no sentirse abandonado: percibir a todos los hombres como parte de nuestra familia.
Conflictos de pareja: Minimizarlos. Es muy difícil pelearse con alguien que no busca la confrontación.
Relaciones sociales: Es más fácil estar de buen humor que discutir y enfadarse. Lo ideal es seguir siendo como somos y utilizar siempre que podamos la franqueza y la amabilidad.
Deterioro físico: Hay que aprender a valorarlo positivamente. Verlo como el principio de una nueva vida y no el principio del fin.
Vejez: Cuando la agudeza mental y la atención disminuyen, es tiempo de experimentar y manifestar cariño, afecto, amor y comprensión.
Muerte: Forma parte de la vida, rebelarse es ir contra la propia naturaleza de la existencia. Sólo hay un camino: aceptarla.

*Matthieu Ricard, biólogo molecular hasta que en 1972 decidió dejarlo todo, regaló su dinero y se fue a vivir a un monasterio apartado en las montañas de Nepal como intérprete y asesor personal del Dalai Lama. Ricard ha dedicado sus esfuerzos y los beneficios económicos de sus publicaciones a varios proyectos de caridad, incluyendo la construcción y mantenimiento de clínicas, colegios y orfanatos en la región.

El problema de aceptar que Ricard es el hombre más contento y satisfecho del mundo es que nos deja a la mayoría en el lado equivocado de la vida. Si un monje que pasa la mayor parte de su tiempo en la contemplación, en abstinencia sexual y que carece de bienes materiales, es capaz de alcanzar la dicha absoluta, ¿no nos estaremos equivocando quienes seguimos centrando nuestros esfuerzos en un trabajo mejor remunerado, un coche más grande o una pareja más estupenda?

4 de mayo de 2007

Origen de mis creencias

En Colombia todavía hay muchas familias que "alimentan la inocencia" de los niños con cuentos fantásticos como el de la cigüeña, la mamá gansa, el ratón Pérez, el Papá Noel, el Niño Jesús, los Reyes Magos, etc. Después vienen todos los personajes infantiles del cine y la televisión como Barney, Supermán, el hombre araña, el pato Donald, Los Pitufos, etc. Y posteriormente las clases de religión con personajes tan pintorescos y/o fantasiosos como Adán y Eva, Noé, Elías, Moisés, la Virgen, los ángeles, el diablo, etc, que sumergen al niño en un mundo irreal.

Pero el problema se presenta cuando el adolescente se tiene que enfrentar al mundo real y se da cuenta del engaño al cual había venido siendo sometido por sus seres más queridos, en quienes confiaba ciegamente. Lo normal en mi generación, fue que nos convertimos en incrédulos de tiempo completo, dejamos de creer en todo lo que no pudiéramos comprobar, y así lo hice yo.

En mi Blog he relatado algunas de las "experiencias sobrenaturales" que me movieron el piso en 1993, cuando tenía 38 años, abriéndome la mente a aceptar conceptos más allá del "plano material". De hecho, en nuestra vida diaria hay muchas cosas que no pertenecen al plano material pero solemos pasarlas por alto, por ejemplo los sentimientos (alegría, tristeza, enojo, miedo, etc.). Nadie puede negar que existan, todos los hemos sentido pero, que yo sepa, ningún científico sabe qué son exactamente y no encajan en ninguna categoría de materia o energía conocida.

Yo jamás me había imaginado que fuera posible comunicarse con un espíritu, ni siquiera que estos realmente existieran. El concepto de cielo e infierno eran para mí completamente absurdos y la reencarnación no pasaba de ser un concepto folclórico del lejano oriente, pero todo parecía indicar que sí era posible dicha comunicación. Sin embargo, a finales de 1994, decepcionado al encontrar discrepancias entre las respuestas o los mensajes recibidos de diferentes "maestros espirituales" a través de distintos "médiums", opté por rechazar todas sus enseñanzas, igual que lo había hecho años atrás con las enseñanzas de la Iglesia Católica, pero nunca pude comprobar que el fenómeno de la "canalización de espíritus" fuera un fraude.

Desde entonces han transcurrido muchos años y mucha agua ha pasado debajo del puente... Se acabó mi matrimonio, sufrí un grave accidente, me secuestraron, me tocó vender mi empresa, tuve un segundo fracaso matrimonial, etc., y hoy, 13 años después, sólo puedo decir con certeza la famosa frase de Sócrates: "Yo sólo sé que nada sé", y ni siquiera de eso estoy seguro...

De acuerdo con el artículo "Agnósticos y Ateos", de Gonzalo Puente Ojea, en el mundo existen creyentes de todas las religiones y vertientes, ateos y agnósticos. Los creyentes generalmente creen en Dios por tradición y en algunos casos por convicción, los agnósticos no creen en Dios por no haber encontrado argumentos suficientes para afirmar que exista y los ateos, por el contrario, creen tener argumentos suficientes para afirmar que Dios no existe.

Si me tocara identificarme con alguna de las tres definiciones anteriores, me iría por los agnósticos, ya que nunca he podido demostrar que Dios exista. No puedo identificarme como ateo, ya que tampoco creo posible demostrar que Dios no exista. La demostración más cercana la leí la semana pasada en un debate en Internet sobre el tema "Demuéstrenme que Dios no existe" donde Danny Perich Lara demostró de una forma sencilla y lógica que "el Dios bíblico no existe".

Pero, quedaría pendiente demostrar que "el Dios creador no existe" o que "ningún dios existe", y eso me temo que no se podrá demostrar jamás mientras la definición de Dios la hagan las religiones humanas. Hay quienes piensan que Dios no creó al Hombre sino que el Hombre creó a Dios (en su imaginación para tratar de explicar todo lo que no entiende). Es posible, pero de lo único que sí estoy completamente seguro es de que, si Dios existe, no es como lo describen las religiones.

Desde que empecé a tratar de sacar en limpio Mi Credo, para el "libro" que le escribí a mi hijo bachiller, y a organizar mis ideas en este Blog, vi que debía abrir nuevamente mi mente y buscar una nueva teoría que se ajustara a las "experiencias sobrenaturales" vividas por mí y otras por mi ex-esposa después de la separación, especialmente algunas que sigo convencido de que fueron reales y no fraudes o imaginaciones.

Yo quisiera creer en Dios para tener una razón más para vivir, para tener consuelo cuando esté triste, salud cuando esté enfermo, etc., pero no he podido encontrar argumentos suficientes para afirmar que exista ni que no exista. Es posible que una o más inteligencias superiores al hombre hayan creado el Universo con todas sus maravillas y sus maldades. Y si a esa inteligencia superior la queremos llamar "Dios", llamémosla Dios, pero el hecho de ser superior a nosotros no me parece suficiente razón para tener que amarlo sobre todas las cosas, y mucho menos para dominar, juzgar, castigar o matar a los opositores en su nombre.

Las estadísticas no han podido demostrar que los creyentes sean más felices o más saludables que los ateos o los agnósticos, pero sí es fácil comprobar que muchas de las personas que creen en Dios y “conversan” frecuentemente con él, con su espíritu o con sus guías espirituales, llevan una vida más plena y satisfactoria que la mayoría de los que rechazan su existencia.

La recomendación final que le hice a mi hijo, mientras no se puedan comprobar otras cosas, fue la siguiente...

"No cierres tu mente como lo hice yo durante muchos años, ábrela a la posibilidad de que Dios existe, te ama y tiene una misión muy especial para ti. Trata de comunicarte con tu propio espíritu, de averiguar y establecer tus metas y de enfocar tu vida apropiadamente para alcanzarlas".

P/D: Si te funciona mi recomendación, me cuentas por favor...

(C)JAR 2007

3 de mayo de 2007

La carga del escepticismo


Carl Sagan (1934 - 1996) popular astrónomo y divulgador científico, muy conocido por la serie para la televisión de Cosmos. Fue pionero en campos como la exobiología y promotor del proyecto SETI de Búsqueda de inteligencia extraterrestre.

Sagan, además de ser considerado como un ateo o agnóstico, era un conocido escéptico con un fuerte posicionamiento en contra de las pseudociencias y las religiones en general.

El artículo "La carga del escepticismo", del cual he extraído algunos apartes para mi Blog, apareció publicado originalmente en la revista Skeptical Inquirer, vol. 12, otoño de 1987, con el título "The Burden of Skepticism".

¿Qué es el escepticismo? No es nada esotérico. Nos lo encontramos a diario. Cuando compramos un coche usado, si tenemos el mínimo de sensatez, emplearemos algunas habilidades escépticas residuales (las que nos haya dejado nuestra educación).

(...)

El escepticismo es peligroso. Esa es precisamente su función, en mi opinión. Es menester del escepticismo el ser peligroso, y es por eso que hay una gran renuencia a enseñarlo en las escuelas, es por eso que no encontramos un dominio general del escepticismo en los medios. Por otra parte, ¿cómo evitaremos un peligroso futuro si no poseemos las herramientas intelectuales elementales para hacer preguntas agudas a aquellos que están nominalmente al cargo, especialmente en una democracia?

(...)

Me parece que lo que se necesita es un equilibrio exquisito entre dos necesidades conflictivas: el mayor escrutinio escéptico de todas las hipótesis que se nos presentan, y al mismo tiempo una actitud muy abierta a las nuevas ideas. Obviamente, estas dos maneras de pensar están en cierta tensión. Pero si sólo puedes ejercitar una de ellas, sea cual sea, tienes un grave problema.

Si sólo eres escéptico, entonces no te llegan nuevas ideas. Nunca aprendes nada nuevo. Te conviertes en un viejo cascarrabias convencido de que la estupidez gobierna el mundo (existen, por supuesto, muchos datos que te apoyan). Pero de vez en cuando, quizá uno entre cien casos, una nueva idea resulta estar en lo cierto, ser válida y maravillosa. Si tienes demasiado arraigado el hábito de ser escéptico en todo, vas a pasarla por alto o tomarla a mal, y en ningún caso estarás en la vía del entendimiento y del progreso.

Por otra parte, si eres receptivo hasta el punto de la mera credulidad y no tienes una pizca de sentido del escepticismo, entonces no puedes distinguir las ideas útiles de las inútiles. Si todas las ideas tienen igual validez, estás perdido, porque entonces, me parece, ninguna idea tiene validez alguna. Algunas ideas son mejores que otras. El mecanismo para distinguirlas es una herramienta esencial para tratar con el mundo y especialmente para tratar con el futuro. Y es precisamente la mezcla de estas dos maneras de pensar el motivo central del éxito de la ciencia.

Los científicos realmente buenos practican ambas. Por su cuenta, cuando hablan consigo mismos, amontonan grandes cantidades de nuevas ideas y las critican implacablemente. La mayoría de ellas nunca llega al mundo exterior. Sólo las ideas que pasan por rigurosos filtros salen y son criticadas por el resto de la comunidad científica. A veces ocurre que las ideas que son aceptadas por todo el mundo resultan ser erróneas, o al menos parcialmente erróneas, o al menos son reemplazadas por ideas de mayor generalidad. Y, aunque, por supuesto, existen algunas pérdidas personales (vínculos emocionales con la idea de que tú mismo has jugado un papel inventivo), no obstante la ética colectiva es que, cada vez que una idea así es derribada y reemplazada por algo mejor, la misión de la ciencia ha salido beneficiada.

En ciencia, ocurre a menudo que los científicos dicen: "¿Sabes?, ése es un gran argumento; yo estaba equivocado." Y luego cambian su mentalidad y jamás se vuelve a escuchar de sus bocas esa vieja opinión. Realmente hacen eso. No ocurre tan a menudo como debiera, porque los científicos son humanos y el cambio es a veces doloroso. Pero ocurre a diario. No soy capaz de recordar la última vez que pasó algo así en la política o en la religión. Es muy raro que un senador, por ejemplo, responda: "Ése es un buen argumento. Voy a cambiar mi afiliación política."

(...)

Por ejemplo, tomemos una manía de moda: la canalización. Tiene como premisa fundamental, al igual que el espiritualismo, que, cuando morimos, no desaparecemos exactamente, sino que una parte de nosotros continúa. Esa parte, dicen, puede retomar el cuerpo de un humano u otras criaturas en el futuro, y por tanto, personalmente, la muerte pierde mucha amargura para nosotros. Y lo que es más, tenemos una oportunidad, si los argumentos de la canalización son ciertos, de contactar con seres queridos que han muerto.

(...)

Ahora reconsideremos la canalización. Hay una mujer en el Estado de Washington que afirma entrar en contacto con alguien que tiene 35,000 años de edad: Ramtha (quien, por cierto, habla muy bien inglés con lo que me parece un acento indio). Supongamos que tenemos a Ramtha aquí y supongamos que Ramtha es cooperativo. Podríamos hacer algunas preguntas: ¿Cómo sabemos que Ramtha vivió hace 35,000 años? ¿Quién está llevando la cuenta de los milenios que se interponen? ¿Cómo es que son exactamente 35,000 años? Eso es un número muy redondo. ¿35,000 más qué, o menos qué? ¿Cómo eran las cosas hace 35,000 años? ¿Cómo era el clima? ¿Dónde vivió Ramtha? (sé que habla inglés con un acento indio, pero ¿dónde se hablaba así hace 35,000 años?) ¿Qué come Ramtha? (los arqueólogos saben algo sobre lo que comía la gente por aquel entonces).

Tendríamos una buena oportunidad de descubrir si sus afirmaciones son ciertas. Si fuera realmente alguien de hace 35,000 años, podríamos aprender mucho sobre hace 35,000 años. Por tanto, de una manera u otra, o Ramtha es realmente alguien de hace 35,000 años, en cuyo caso descubriremos algo sobre ese periodo (que es anterior a la glaciación de Wisconsin, una época interesante), o es un farsante y se equivocará. ¿Cuáles son los idiomas indígenas, cómo es la estructura social, con quién más vive Ramtha (hijos, nietos), cuál es el ciclo de vida, la mortalidad infantil, qué ropas lleva, cuál es su esperanza de vida, qué armas, plantas y animales hay? Dinos. En cambio, lo que oímos son las homilías más banales, indistinguibles de las que los supuestos ocupantes de los OVNIs les dicen a los pobres humanos que afirman haber sido abducidos por ellos.

Haz clic aquí para leer el documento completo, traducido por Gabriel Rodríguez Alberich y publicado en la revista Astronomía Digital en castellano con el permiso de Ann Druyan, viuda de Carl Sagan.

Buenas y malas razones para creer

Richard Dawkins es un eminente etólogo británico, teórico evolutivo y escritor de divulgación científica, es ateo, humanista, escéptico y –como comentarista de ciencia, religión y política– está entre los intelectuales públicos más conocidos del mundo en lengua inglesa.

La siguiente carta, de Richard Dawkins a su hija Juliet de 10 años, apareció publicada en el libro "Así son las cosas" de Editorial Debate...

Querida Juliet:

Ahora que has cumplido 10 años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mi es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de esas estrellas, el Sol?

La respuesta a esas preguntas es "por la evidencia". A veces, "evidencia" significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que una cosa es cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente como para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El "lucero del alba" parece un brillante centelleo en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo que aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) se llama "observación".

Muchas veces, la evidencia no sólo es pura observación, pero siempre se basa en la observación. Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en un conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tocó. No demuestra que cometiera el asesinato, pero además pueda ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y de repente se da cuenta que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato.

Los científicos -especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto. Y a continuación se dicen: si esto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se llama predicción. Por ejemplo si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar al mismo punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto el sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces, va y se dice: "Si de verdad tiene el sarampión, debería ver..." y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?) y con los oídos (¿te suena el pecho como suena cuando se tiene el sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar "Diagnóstico que la niña tiene sarampión". A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para complementar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos.

La manera en que los científicos utilizan la evidencia para aprender cosas del mundo es tan ingeniosa y complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve. Pero dejemos por ahora la evidencia, que es una buena razón para creer algo, porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer cualquier cosa: se llaman "tradición", "autoridad" y "revelación".

Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con unos 50 niños. Estos niños invitados habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs... El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por "tradición". Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y de sus abuelos, que tampoco estaban basadas en ninguna evidencia. Decían cosas como "los hindúes creemos tal y cual cosa", "los musulmanes creemos esto y lo otro", "los cristianos creemos otra cosa diferente".

Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuvieran razón.
Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, y ni siquiera los animó a discutir sus diferencias. Pero no es esto lo que me interesa de momento. Lo que quiero es preguntar de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. La tradición es la trasmisión de creencias de los abuelos a los padres, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que se siguen leyendo durante siglos. Muchas veces, las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventará en algún momento, como tuvo que ocurrir con las ideas de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean muy antiguas las convierte en especiales. La gente cree ciertas cosas sólo porque mucha gente ha creído lo mismo durante siglos. Eso es la tradición.

El problema con la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la idea original. Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se trasmita durante siglos, por muchos siglos que sean.

En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia Anglicana, que no es más que una de las muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica romana y la metodista. Cada una cree cosas diferentes. La religión judía y la musulmana son un poco más diferentes, y también existen varias clases distintas de judíos y de musulmanes. La gente que cree una cosa está dispuesta a hacer la guerra contra los que creen cosas ligeramente distintas, de manera que se podrá pensar que tienen muy buenas razones -evidencias- para creer lo que creen. Pero lo cierto es que sus diferentes creencias se deben únicamente a diferentes tradiciones.

Vamos a hablar de una tradición concreta. Los católicos creen que María, la madre de Jesús, era tan especial que no murió, sino que fue elevada al cielo con su cuerpo físico Otras tradiciones cristianas discrepan, diciendo que María murió como cualquier otra persona. Estas otras religiones no hablan mucho de María, ni la llaman "Reina del cielo", como hacen los católicos. La tradición que afirma que el cuerpo de María fue elevado al cielo no es muy antigua. La Biblia no dice nada de cómo o cuándo murió; de hecho, a la pobre mujer apenas se la menciona en la Biblia. Lo de que su cuerpo fue elevado a los cielos no se inventó hasta unos seis siglos después de Cristo. Al principio, no era más que un cuento inventado, como Blancanieves o cualquier otro. Pero con el paso de los siglos se fue convirtiendo en una tradición y la gente empezó a tomársela en serio, sólo porque la historia se había ido transmitiendo a lo largo de muchas generaciones. Cuanto más antigua es una tradición, más en serió se la toma la gente. Y por fin, en tiempos muy recientes, se declaró que era una creencia oficial de la Iglesia Católica: esto ocurrió en 1950, cuando yo tenía la edad que tienes tú ahora. Pero la historia no era más verídica en 1950 que cuando se inventó por primera vez, seiscientos años después de la muerte de María.

Al final de esta carta volveré a hablar de la tradición, para considerarla de una manera diferente.
Pero antes tengo que hablarte de la otras dos malas razones para creer una cosa: la autoridad y la revelación.

La autoridad, como razón para creer algo, significa que hay que creer en ello porque alguien importante te dice que lo creas. En la Iglesia Católica, por ejemplo, la persona más importante es el Papa, y la gente cree que tiene que tener razón sólo porque es el Papa. En una de las ramas de la religión musulmana, las personas más importantes son unos ancianos barbudos llamados ayatolás. En nuestro país hay muchos musulmanes dispuestos a cometer asesinatos sólo porque los ayatolás de un país lejano les dicen que lo hagan.

Cuando te decía que en 1950 se dijo por fin a los católicos que tenían que creer en la asunción a los cielos del cuerpo de María, lo que quería decir es que en 1950 el Papa les dijo que tenían que creer en ello. Con eso bastaba. ¡El Papa decía que era verdad, luego tenía que ser verdad! Ahora bien, lo más probable es que, de todo lo que dijo el Papa a lo largo de su vida, algunas cosas fueron ciertas y otras no fueron ciertas. No existe ninguna razón válida para creer que todo lo que diga sólo porque es el Papa, del mismo modo que no tienes porque creer todo lo que te diga cualquier otra persona. El Papa actual ha ordenado a sus seguidores que no limiten el número de sus hijos. Si la gente sigue su autoridad tan ciegamente como a él le gustaría, el resultado sería terrible: hambre, enfermedades y guerras provocadas por la sobrepoblación.

Por supuesto, también en la ciencia ocurre a veces que no hemos visto personalmente la evidencia, y tenemos que aceptar la palabra de alguien. Por ejemplo, yo no he visto con mis propios ojos ninguna prueba de que la luz avance a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, sin embargo, creo en los libros que me dicen la velocidad de la luz. Esto podría parecer "autoridad" pero en realidad es mucho mejor que la autoridad, porque la gente que escribió esos libros sí que había observado la evidencia, y cualquiera puede comprobar dicha evidencia siempre que lo desee. Esto resulta muy reconfortante. Pero ni siquiera los sacerdotes se atreven a decir que exista alguna evidencia de su historia acerca de la subida a los cielos del cuerpo de María.

La tercera mala razón para creer en las cosas se llama "revelación". Si en 1950 le hubieras podido preguntar al Papa cómo sabía que el cuerpo de María había ascendido al cielo, lo más probable es que te hubiera respondido que "se le había revelado". Lo que hizo fue encerrarse en su habitación y rezar pidiendo orientación. Había pensado y pensado, siempre sólo, y cada vez se sentía más convencido. Cuando las personas religiosas tienen la sensación interior de que una cosa es cierta, aunque no exista ninguna evidencia de que sea así, llaman a esa sensación "revelación". No sólo los Papas aseguran tener revelaciones. Las tienen montones de personas de todas las religiones, y es una de las principales razones por las que creen las cosas que creen. Pero ¿es una buena razón?

Supón que te digo que tu pero ha muerto. Te pondrías muy triste y probablemente me preguntarías: "¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo ha sucedido?" y supón que yo te respondo: "En realidad no sé que Pepe ha muerto. No tengo ninguna evidencia. Pero siento en mi interior la curiosa sensación de que ha muerto". Te enfadarías conmigo por haberte asustado, porque sabes que una "sensación" interior no es razón suficiente para creer que un lebrel ha muerto. Hacen falta pruebas. Todos tenemos sensaciones interiores de vez en cuando, y a veces resulta que son acertadas y otras veces no lo son. Está claro que dos personas distintas pueden tener sensaciones contrarias, de modo que ¿cómo vamos a decidir cuál de las dos acierta? La única manera de asegurarse que un perro está muerto es verlo muerto, oír que su corazón se ha parado, o que nos lo cuente alguien que haya visto u oído alguna evidencia real de que ha muerto.

A veces, la gente dice que hay que creer en las sensaciones internas, porque sino, nunca podrás confiar en cosas como "mi mujer me ama". Pero éste es un mal argumento. Puedes encontrar abundantes pruebas de que alguien te ama. Si estás con alguien que te quiere, durante todo el día estarás viendo y oyendo pequeños fragmentos de evidencia, que se van sumando. No se trata de una pura sensación interior, como la que los sacerdotes llaman revelación. Hay datos exteriores que confirman la sensación interior: miradas en los ojos, entonaciones cariñosas en la voz, pequeños favores y amabilidades; todo eso es autentica evidencia.

A veces, una persona siente una fuerte sensación interior de que alguien la ama sin basarse en ninguna evidencia, y en estos casos lo más probable es que esté completamente equivocada. Existen personas con una firme convicción interior de que una famosa estrella de cine las ama, aunque en realidad la estrellan siquiera las conoce. Esta clase de personas tienen la mente enferma. Las sensaciones interiores tienen que estar respaldadas por evidencias; sino, no podemos fiarnos de ellas.

Las intuiciones resultan muy útiles en la ciencia, pero sólo para darte ideas que luego hay que poner a prueba buscando evidencias. Un científico puede tener una "corazonada" acerca de una idea que, de momento, sólo "le parece" acertada. En sí misma. Ésta no es una buena razón para creer nada; pero sí que puede razón suficiente para dedicar algún tiempo a realizar un experimento concreto o buscar pruebas de una manera concreta. Los científicos utilizan constantemente sus sensaciones interiores para sacar ideas; pero estas ideas no valen nada si no se apoyan con evidencias.

Te prometí que volveríamos a lo de la tradición, para considerarla de una manera distinta. Me gustaría intentar explicar por qué la tradición es importante para nosotros. Todos los animales están construidos (por el proceso que llamamos evolución) para sobrevivir en el lugar donde su especie vive habitualmente. Los leones están equipados para sobrevivir en las llanuras de África. Los cangrejos de río están construidos para sobrevivir en agua dulce. También las personas somos animales, y estamos construidos para sobrevivir en un mundo lleno de... otras personas. La mayoría de nosotros no tienen que cazar su propia comida, como los leones y los bogavantes; se las compramos a otras personas, que a su vez se la compraron a otras. Nadamos en un "mar de gente". Lo mismo que el pez necesita branquias para sobrevivir en el agua, la gente necesita cerebros para poder tratar con otra gente. El mar de está lleno de agua salada, pero el mar de gente está lleno de cosas difíciles de aprender. Como el idioma.

Tú hablas inglés, pero tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de vosotras habla el idioma que le permite hablar en su "mar de gente". El idioma se transmite por tradición. No existe otra manera. En Inglaterra, tu perro Pepe es a dog. En Alemania, es ein Hund. Ninguna de estas palabras es más correcta o más verdadera que la otra. Las dos se transmiten de manera muy simple. Para poder nadar bien en su propio "mar de gente", los niños tienen que aprender el idioma de su país y otras muchas cosas acerca de su pueblo; y esto significa que tienen que absorber, como si fuera papel secante, una enorme cantidad de información tradicional (Recuerda que "información tradicional" significa, simplemente, cosas que se transmiten de abuelos a padres y de padres a hijos). El cerebro del niño tiene que absorber toda esta información tradicional, y no se puede esperar que el niño seleccione la información buena y útil, como las palabras del idioma, descartando la información falsa o estúpida, como creer en brujas, en diablos y en vírgenes inmortales.

Es una pena, pero no se puede evitar que las cosas sean así. Como los niños tienen que absorber tanta información tradicional, es probable que tiendan a creer todo lo que los adultos les dicen, sea cierto o falso, tengan razón o no. Muchas cosas que los adultos les dicen son ciertas y se basan en evidencias, o, por lo menos en el sentido común. Pero si les dicen algo que sea falso, estúpido o incluso maligno, ¿cómo pueden evitar que el niño se lo crea también? ¿Y que harán esos niños cuando lleguen a adultos? Pues seguro que contárselo a los niños de la siguiente generación. Y así, en cuanto la gente ha empezado a creerse una cosa -aunque sea completamente falsa y nunca existan razones para creérsela-, se puede seguir creyendo para siempre.

¿Podría ser esto lo que ha ocurrido con las religiones? Creer en uno o varios dioses, en el cielo, en la inmortalidad de María, en que Jesús no tuvo un padre humano, en que las oraciones son atendidas, en que el vino se transforma en sangre..., ninguna de estas creencias está respaldada por pruebas auténticas. Sin embargo, millones de personas las creen, posiblemente porque se les dijo que las creyeran cuando todavía eran suficientemente pequeñas como para creerse cualquier cosa.

Otros millones de personas creen en cosas diferentes, porque se les dijo que creyesen en ellas cuando eran niños. A los niños musulmanes se les dice cosas diferentes de las que se les dicen a los niños cristianos, y ambos grupos crecen absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros se equivocan. Incluso entre los cristianos, los católicos creen cosas diferentes de las que creen los anglicanos, los episcopalianos, los shakers, los cuáqueros, los mormones o los holly rollers, y todos están absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros están equivocados. Creen cosas diferentes exactamente por las mismas razones por las que tú hablas inglés y tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de los dos idiomas es el idioma correcto en su país. Pero de las religiones no se puede decir que cada una de ellas sea la correcta en su propio país, porque cada religión afirma cosas diferentes y contradice a las demás. María no puede estar viva en la católica Irlanda del Sur y muerta en la protestante Irlanda del Norte.

¿Qué se puede hacer con todo esto? A ti no te va a resultar fácil hacer nada, porque sólo tienes 10 años. Pero podrías probar una cosa: la próxima vez que alguien te diga algo que parezca importante piensa para tus adentros: "¿Es ésta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por la tradición, autoridad o revelación?" Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle "¿Qué pruebas existen de ello?" Y si no pueden darte una respuesta, espero que te lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan.

Te quiere,

Papá.