28 de abril de 2007

Sobre mi Credo

Actualizado el 7 de Mayo de 2007...


Con el proyecto de Mi Credo, lo que pretendo es encontrar y someter a debate público una teoría basada en la lógica y la razón que compagine los conocimientos actuales de la humanidad con la existencia de los "espíritus", partiendo además del convencimiento de que no todos ellos son "dioses" ni siempre dicen la verdad.

Mi Credo, al igual que la investigación científica, está basado en un conjunto de hipótesis: "Suposición de algo posible o imposible que se establece provisionalmente como base de una investigación, que puede confirmar o negar la validez de aquella, para sacar de ello una consecuencia".

Deseo someter Mi Credo a debate público porque de los comentarios y críticas, al igual que de una lluvia de ideas, espero poder encontrar respuestas, opciones o contradicciones que no había contemplado y tomar decisiones, desde el punto de vista de la lógica, la razón y del método científico, hasta donde sea posible, que me permitan justificar, confirmar, negar, modificar, pulir o descartar las distintas hipótesis planteadas.

Sé que aún estoy lejos de poseer la "verdad absoluta" y que tal vez nunca lo logre, pero no me quiero dar por vencido en esta emocionante búsqueda...

Para empezar, quiero recordarles que hasta hace muy poco tiempo me ufanaba de ser ateo y me identificaba perfectamente con los pensamientos radicales del tercer presidente de los Estados Unidos Thomas Jefferson (1743-1782): "Es siempre mejor no tener ideas a tener ideas falsas; mejor no creer en nada que creer en algo errado" y del del distinguido filósofo y matemático Bertrand Russell (1872-1970): "No es deseable creer una proposición cuando no existe fundamento para suponer que sea cierta".

Sin embargo, desde que empecé a tratar de sacar en limpio Mi Credo y a organizar mis ideas en este Blog, vi que esos pensamientos radicales no me dejarían avanzar en la búsqueda de una teoría que se ajustara, a las "experiencias sobrenaturales" vividas por mí desde 1993, especialmente algunas que sigo convencido de que fueron reales y no fraudes o imaginaciones.

Yo creo que es tan erróneo y cobarde negar la existencia de todo lo que no podemos explicar, como de tratar de explicarlo a través de un Dios imaginario.

Como lo dijo el popular astrónomo y divulgador científico Carl Sagan (conocido por su programa COSMOS) en su artículo La carga del escepticismo: "Me parece que lo que se necesita es un equilibrio exquisito entre dos necesidades conflictivas: el mayor escrutinio escéptico de todas las hipótesis que se nos presentan, y al mismo tiempo una actitud muy abierta a las nuevas ideas".

Yo no me considero creyente en dioses ni en ninguna pseudociencia, y tampoco pertenezco a ninguna religión, secta ni grupo espiritual. Mi única diferencia con los "ateos" clásicos es que, a pesar de mi escepticismo inicial, he tenido que aceptar la existencia de entidades incorpóreas inteligentes (llámense "espíritus" si se quiere) que he visto manifestarse decenas de veces a través de diferentes personas, en distintas partes del mundo y pertenecientes a distintas religiones y estratos sociales, muchas de las cuales me consta que no tienen el más mínimo ánimo de lucro ni de provecho personal.

Lo más importante que me quedó de mis "experiencias sobrenaturales" y de mis estudios alrededor de ellas, es que realmente existen "espíritus" que logran apoderarse de cuerpos ajenos y manifestarse a través de ellos.

Pero, al contrario de lo que pensé en un principio (y asumen la mayoría de las personas), no todas esos entidades son "dioses" y muchas de ellas se contradicen entre sí. Las hay de todas las categorías y calañas como los hombres que habitamos la tierra.

Estos procesos se conocen como "canalización" o "posesión" y realmente no son tan raros ni escasos como la mayoría de la gente cree. Lo que pasa es que a la mayoría de los que los hemos presenciado nos da pena hablar abiertamente de ellos, por miedo a que nos tilden de "locos" (a mí ya me tildaron desde 1994, así que en el peor de los casos seguiré siéndolo).

Muchos otros testigos forman grupos espiritistas cerrados alrededor de los "mediums" o "canales", creando sectas religiosas con sus propias reglas y creencias...

Y para empeorar el panorama, el hecho de que los mensajes no siempre resulten ciertos y que las canalizaciones o posesiones no siempre ocurren en el momento en que se desean, hace que, por lo general, los "canales" y los "creyentes" siempre acaban desacreditados y que nadie haya podido ganarse el millón de dólares que ofrece el asombroso mago, escéptico y millonario James Randi en los Estados Unidos.

Estoy convencido que la mayoría de las religiones actuales tienen sus principios en comunicaciones recibidas de "espíritus", los cuales, por lo "sobrenatural" que resulta el proceso de "canalización" para la mayoría de las personas, fueron considerados como "Dioses" y sus mensajes como "revelaciones divinas", siendo entonces aceptadas como "dogmas de fe" y transcritas a los "libros sagrados".

Muchas de estas creencias, infundadas y manipuladas en la mayoría de los casos, combinadas con el poder y la política de los grandes imperios se han constituido en las instituciones más perversas del mundo, con derecho de dominar, juzgar, castigar, torturar y matar a sus opositores en nombre de "Dios".

Conclusiones provisionales:
En la vida diaria hay muchas cosas que no pertenecen al plano material pero solemos pasarlas por alto, por ejemplo los sentimientos (alegría, tristeza, enojo, miedo, etc.), las emociones, los pensamientos e incluso, la vida misma. Nadie puede negar que existan, todos los hemos sentido pero, que yo sepa, ningún científico sabe qué son exactamente y no encajan en ninguna categoría de materia o energía conocida.

Por eso en Mi Credo opté por definir el concepto de "ánima" como ese tipo raro de energía capaz de "animar" la materia inerte y darle "vida" a todos los seres materiales, y de igual manera opté por utilizar la palabra "espíritus" para referirme a entidades incorpóreas inteligentes. Me decidí a utilizar las mismas palabras, tradicionalmente utilizadas por las religiones, con el único propósito de hacerme entender, pero mis conceptos de "ánima" y "espíritus" no deben interpretarse ni confundirse con los conceptos religiosos tradicionales de "alma" y de "espíritu santo".

Mi conclusión más importante con respecto a los "espíritus" es que, sí existen, pero no son infalibles y no debemos considerarlos a todos como "dioses".

En principio, recomiendo darles la misma credibilidad a sus mensajes que a los emitidos por cualquier ser humano y analizarlos con el mismo escepticismo que lo haríamos ante un mensaje emitido por cualquier desconocido.

(C) JARD 2007

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