Trata bien a tu atracador

- Oye si vas a seguir atracando esta noche, llévate mi chaqueta, hace mucho frío...
El joven se dio vuelta extrañado, lo miró y se quedó pensativo, luego le respondió:
- ¿Por qué haces esto?
- Bueno, si arriesgas tu libertad por unos pocos dólares, debe ser que realmente necesitas el dinero. Yo todo lo que yo quería hacer esta noche es ir a cenar como siempre hago al salir del trabajo, si quieres puedes venir conmigo.
Julián pensó que realmente el joven podría necesitar ayuda, y éste aunque algo extrañado por los acontecimientos accedió a la invitación.
Una vez tomaron asiento en el restaurante y mientras esperaban, al pasar el responsable, los camareros y el friegaplatos se paraban a saludar a Julián. El chico estaba anonadado y espetó:
- ¿Qué pasa, que conoces a todo el mundo? ¿Eres el propietario?
- No, solo vengo aquí con frecuencia
- Pero si conoces hasta al lavaplatos
- Bien, ¿no te han enseñado los beneficios de ser amable con todo el mundo?
- Sí, pero no imaginaba a la gente comportándose así.
Durante la cena Julián le preguntó al chico sobre qué tenía pensado hacer con su vida, pero éste no supo que contestar, o simplemente no quiso hacerlo. Al llegar la cuenta Julián le dijo al chico:
- Bien esto lo tienes que pagar tú, porque tienes mi cartera. Aunque puedes ser amable conmigo y devolvérmela y te estaré agradecido.
El chico, sin pensarlo dos veces le devolvió la cartera a Julián, éste entonces le entregó 20 dólares al joven “Pensé que podrían ayudarle”.
Al despedirse, Julián miro al chico y le hizo una última petición:
- ¿Me darías también la navaja que llevas?
El chico aceptó.
Al llegar a casa y contar la experiencia dice Julián que su madre le reprochó “¿si te piden la hora darías el reloj?”.
Pero Julián piensa que si tratas a la gente bien, la gente también te tratará a ti igual de bien. “Así de simples son las cosas a veces, en este mundo tan complicado”.
Fuente
NPR Stories: A Victim Treats His Mugger Right